VaYa DÍaaaa

Y es que hoy es uno de esos días que apetece quedarse en casita, con la mantita viendo la tele o leyendo un libro, mientras en el exterior no para de llover y hacer frío, sentimos como estamos a salvo en nuestro hogar...
Esta mañana, viniendo a mi trabajo en mi rutina de todos los días, estaba lloviendo. Me he cruzado con gente con sus paragüas resguardados, y en su propia intimidad. Y es que cuando vas con tu paragüas creas sin darte cuenta un círculo por el que sólo tú pasas y del que no levantas la cara para evitar que el fuerte viento enfríe tu cara. Pues bien, una de las personas con las que me he cruzado, me ha llamado sensiblemente la atención. Se trataba de una niña de unos 9 o 10 años de edad. Se dirigía solitaria con su mochila hacia el colegio. La pobre niña tenia en una de sus manos el paragüas y en la otra llevaba, a modo de bandeja, una maqueta que símbolizaba un parque, contruido en plastelina y con sus palillos,un trabajo muy laborioso. Y digo sensiblemente, porque la escena me ha enternecido. Cómo una niña tan joven, se dirigía sóla hacia el colegio y más en un día como éste, cuando los niños y niñas de esas edades suelen ir siempre de la mano de sus padres. Y con qué delicadeza iba la niña sujetando su maqueta para que no se le mojase ni se le cayese al suelo. Me han dado ganas de acercarme y decirle si quería que le ayudase a llevar su trabajo hasta el colegio, y es que quizás sea una tontería, pero a mí me ha llegado al corazón.