jueves, julio 07, 2005

VA DE CINE

Ayer acudí al cine a ver la tan esperada película "La Guerra de los Mundos", y digo tan esperada porque desde el verano pasado vienen poniendo el trailer en las pantallas de los cines. El chasco fue mío al ver que no era para tanto, y que realmente la película debería haberse llamado "La Guerra de las bacterias", mas entiendo que la llamen como han hecho, pues lo único que han pretendido una vez más los americanos es establecer conexiones entre las guerras actuales, la amenaza terrorista o los riesgos de desaparición de "EEUU como superpotencia" (palabras textuales del guión).



Empieza a resultar un poco agotador que cualquier historia sirva de soporte al mismo tipo de discurso : no habiendo censura, el recurrir a la metáfora crea un resultado ambiguo en el que todos leen lo que quieren encontrar. Si sigue esta tendencia, en la pelea de dos vecinos por una plaza de garaje acabaremos viendo un ejemplo de la lucha de civilizaciones. En fin.
Una serie de tormentas eléctricas empiezan a cubrir las principales ciudades del mundo. Poco después, de debajo de la tierra, surgen unas máquinas que comienzan a aniquilar todo a su paso.
Como quedaría feo tener a Tom Cruise en la historia sin mucho que hacer, Spielberg le coloca entre manos a sus dos hijos y le ordena, cinematográficamente hablando, que se los entregue a su ex mujer, que está a bastantes kilómetros de distancia. Tom Cruise, que es muy obediente, acepta el reto, se enfrenta a su papel de padre y ,esquivando el ataque de los marcianos, va saliendo de cada apuro como puede.
La moraleja de la película puede ser que, en caso de que te invadan, lo mejor es seguir a lo tuyo, que al final todo volverá a ser como antes. Puede que se solucione en un par de días, como pasa con los marcianos, o que la cosa se alargue unos cuantos años más, como sucedió con los romanos. En todo caso, paciencia, hombre, que ya verás pasar el cadáver de tu enemigo por delante de la puerta. Y Cruise, obediente, descubre, además, que ser padre no es prepararle bocadillos de crema de cacahuete a tus hijos, sino enfrentarse a medio mundo para que tu hija pueda alargar su infancia unos cuantos años más. Que no es poco.

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